¿Alguna vez alguien les preguntó si estaban en “el limbo”? Estar distraído, perdido, desorientado, es la acepción popular del término... por eso supongo que muchas veces he estado allí. ¿Pero qué quería decir “limbo” en realidad? Para tradición cristiana (¿o solo católica?) el limbo era una suerte de espacio suprafísico, una frontera celestial en donde, tras su muerte, vivirían aquellos que aun cuando no fueran cristianos, no podían ser condenados.
La palabra "limbo", que no aparece en la Biblia, procede del latín (limbus) y se traduce como ´frontera”. Se estima que la idea de limbo nace de la tradición patrística griega, que fue sostenida por los teólogos medievales, y sería el “mas allá” destinado a aquellos que pese a su desconocimiento de la fe de Cristo, habrían sido buenas personas.
Esta idea fue dominante en tiempos medievales cuando Dante Alighieri escribió su famosa Divina Comedia -que se divide en Infierno, Purgatorio y Paraíso-, en la que colocó el limbo como la antesala del Infierno. ¿A dónde irían Socrátes, Platón, Aristóteles y Averroes? Ni el infierno ni el purgatorio eran desde ya, lugares políticamente correctos para ninguno de ellos...:
El buen Maestro a mi: ¿Y no preguntas
qué espíritus son los que estás viendo?
Quiero que sepas, antes que más andes,
que estos no pecaron, y que si mérito tuvieron
no bastó, pues les faltó el bautismo,
que es parte de la fe en la que crees;
y si antes del Cristianismo vivieron
no adoraron a Dios como debieron
y entre estos tales estoy yo mismo.
Por tal defecto y no por otro mal
perdidos somos, y heridos sólo en esto:
que vivamos sin esperanza y con deseo.
Gran dolor entró en mi corazón al oírlopues gente de mucho valor
he conocido, que flotaban en aquel limbo.
(...)
Y alzando un poco más las cejasvi al Maestro de aquellos que saben,
sentado en medio de la filosófica familia.
Todos lo admiran, todos le honran,
allí vi a Sócrates y a Platón,
que más cerca suyo que los otros están.
Demócrito que el mundo del acaso pone,
Diógenes, Anaxágoras y Tales,
Empédocles, Heráclito y Zenón,
Y vi al buen apreciador de cualidades
digo a Dioscórides: y vi a Orfeo,
Tulio y Lino y Séneca moral:
Hipócrates, Avicena y Galeno,
Averroes, que el gran comentario hizo.
Dante Alghieri, La Divina Comedia, Cántico 1
Pero el Limbo tiene una segunda aceptación tradicional. Para la doctrina católica, los hombres nacen heredando las consecuencias del “pecado original” cometido por Adán, el primer hombre. El bautismo, es un sacramento que le devuelve al hombre aquel estado de gracia que Adán perdió al desobedecer a Dios y que lo priva de la redención. Por eso, quien no fuera bautizado, no podría obtener la salvación. ¿Pero como negar la salvación a los niños inocentes muertos antes de ser bautizados?
Así el limbo, se dividió a su vez en dos lugares: el limbus patrum, donde se residían los sabios y justos que habían tenido la desdicha de vivir antes de la llegada de Cristo y carecían por tanto de bautismo, y el limbo reservado para los niños que morían antes de haber sido bautizados, el limbus infantium.
Es sabido que ya el Concilio de Cartago, en el año 418, se pronunciaba en contra de la teoría de teológica del limbo, sin embargo, esta idea continuaba aún vigente en la religiosidad popular.
La novedad es, en síntesis, que finalmente el limbo fue abolido por la Iglesia oficial de los espacios suprafísicos ultraterrenos. Al menos para la fe católica. Ratzinger (Bendedicdto XVI) dejó en claro que creía que debía abandonarse el concepto de limbo porque es "sólo una hipótesis teológica" y "nunca una verdad de fe definida". ¿Cómo priorizar la solidaridad de los hombres con Adán frente a la de Cristo con el resto de la humanidad?
Los tiempos cambian y la doctrina oficial se moderniza. Todos los justos serán redimidos... dice ahora oficialmente la Iglesia Católica. Cristo nos ama, aunque no seamos cristianos, más claro que nunca. ¡Hasta se dieron cuenta en el Vaticano! Creo que en el limbo, ya no queda nadie.