Traigo al ruedo una pequeña discusión que se presentó en otro foro a partir de los cuestionamientos al psicoanálisis que ya hemos debatido por aquí.
Quedaron entonces en mi mente flotando algunos lemas archiconocidos: "la verdad no ofende", "la verdad no hiere", "la verdad no tiene precio"... cuantas frases que decimos a la ligera.
Me quedé pensando en el significado de todo esto, más allá de la soberbia psicoanálitica en tanto su poder de "destapadora de ollas" ¿En qué sentido puede curar "la verdad"? ¿qué pasa cuando la verdad no nos gusta o no nos conviene? Porque hasta donde sé, mi experiencia de la vida es que la verdad a cualquier precio no es lo que prefiere la mayoría de la gente. La mentira, si es más barata, suele ser tan popular. A veces... ¿no es mejor no saber? A lo mejor no. Sobre todo si no hay duda... si hay duda, es otra historia.
Y creo que tengo mis serias dudas respecto al poder curativo de la verdad. Sospecho que por el contrario, esta puede dejar heridas irreversibles.
En fin, "no hay peor ciego que el que no quiere ver"... pero a lo mejor, la luz puede dañar demasiado al ciego.
Y mientanmé nomás, que me gusta :-)