El reality show es un género televisivo basado en convertir una situación no ficcionada en un espectáculo. En él participan personas comunes que generalmente compiten buscando lograr algún objetivo: un premio en efectivo, formar parte de un grupo artístico o conseguir un empleo. Las cámaras registran diferentes instancias en donde los participalentes interactúan entre sí y los conductores del ciclo, que suelen ser los que transmiten las consignas de juego. Estas imagenes conforman la materia prima del producto. Pero el resultado final suele ser una trama dramática producida por los show makers a partir de la selección y edición de los diferentes fragmentos que permiten construir una estructura narrativa y el núcleo del relato. Esta trama conforma una suerte de guión que se construye desde la producción. En algunos casos, se agrega la participación activa de la audiencia, que puede votar para participar de las decisiones que construyen la trama final del showl. Gran Hermano, creado por la productora holandesa Endemol, es quizá la producción más famosa de este formato. En los últimos años, hemos visto varias versiones del reality show, con diferentes variantes (algunas más creativas que otras).
Y cuando la TV, medio en franca decadencia, no me cabe duda, parece haberlo explorado casi todo, surgió la curiosa noticia de un nuevo invento: el reality del riñón. Una enferma terminal donaría sus riñones al ganadro de tres candidatos que necesitaban la donación. El espanto corrió como reguero de pólvora, y me imagino, abundaron las opiniones horrorizadas aquí y allá... pero saben qué..? parece que era una broma ideada nada menos que por la mismísima productora Endemol. La supuesta donante era una actriz y los candidatos (aunque sí necesitaban un riñon) se habían prestado a la farsa. Parece que la idea era justamente esa: escandalizar, parece que en Holanda unas 200 personas mueren cada año esperando un riñón, y el tiempo promedio de espera es de más de cuatro años.
¿Qué opinión les merece todo esto? Parece como que todo se mezclara... qué tiempos tan confusos.