Así como en los ochenta, las mujeres pasábamos horas en la peluquería para enrular los cabellos sometiéndolos a espantosos tratamientos con amoníaco y bigudíes, los rulos pasaron de moda para dar lugar a la hegemonía del "lacio perfecto." Y con el objeto de alisar cabellos crespos, cuando la “planchita” no resulta suficiente y la “toca” una antigüedad... parece haberse popularizado cierto tratamiento a base de formol, sustancia que sería cancerígena.Se dice que muchas mujeres pagan aún más por este tratamiento ahora que no estaría autorizado... dado que se cree que es nocivo para la salud.
(Más sobre el lacio perfecto a base de formol!!)
Pero sería un error pensar que este tipo de artilugio estético a cualquier precio es cuestión de consumismo-frívolo siglo XXI... digamos que al contrario, resulta tan viejo como el mundo y en sus infinitas versiones, tan diverso como la humanidad... como muestra... algunos botones...:
Me acordaba del “pie de lirio”, aquella patología ortopédica de la antigua China que tenía por máxima expresión de la belleza los pies diminutos, razón por la cual los huesos de los pies de las niñas se comprimían con vendajes (práctica que fue luego prohibida tras la revolución)... al punto de finalmente impedirles caminar. O los jóvenes mayas que deformaban su cráneo alrgándolo hasta generar una arruga en la frente de manera tal que se prolongara la línea de la nariz... o las famosas mujeres del kayan que tradicionalmente envolvían el cuello en una espiral de bronce para estirarlo....
¿Qué es lo que lleva a alguien a someterse al un tratamiento cruento para alinearse a un standard de belleza que en definitiva solo es.. pasajero y relativo?