Iniciado el juicio  por la horrible  tragedia de Cromañón ,vale la pena volver a reflexionar  en la significativa conjunción de negligencias,  irresponsabilidades , indiferencias y demás factores que cobraron la vida de dos centenas de jóvenes y la tristeza de todo un pueblo.-

No es difícil encontrar en el hecho puntual del 30 de diciembre de 2004 la síntesis simbólica de otro drama menos agudo e intenso pero más extenso y crónico , más dilatado en la geografía y en el tiempo.- Si hasta el nombre del boliche incendiado es tan significativo!!  "República Cromañon"!!  El Hombre de Cro-magnon no era otra especie como pudo haber sido el de Neandertal; Cromagnon somos nosotros , el Homo Sapiens prehistórico al que "sólo" le falta la civilización ( y de paso,  tambien la república ) .-

A mi modo de ver, es sólo cuestión de tiempo la probabiidad de que tanta apatía cívica termine una y otra vez en tragedia. Puede ser aguda y que mueran doscientas personas en una noche,  o puede ser cónica y que mueran ocho o diez en las rutas en cada fin de semana, o víctimas de la inseguridad física, social o jurídica.-

En su artículo Ground zero de 2005 ( ver artículo ) , Galimidi enumeraba los factores sobre los que hay consenso como causas de la tragedia de Cromañon:

  1. ausencia e ineficacia de la gestión estatal;
  2. impericia, codicia e irresponsabilidad de la gestión empresaria;
  3. profundo desprecio del público en general por las reglas elementales de convivencia, y hasta de autopreservación. El debate, entonces, se focaliza en el hecho de que Estado, economía y sociedad, atravesados por la misma irrelación con la norma, reniegan del principio que los constituye.

El el mismo artículo, se preguntaba en relación a esta tragedia y el poco apego a las normas:

  • ¿Por qué en la Argentina no cumplimos las normas? ¿Por qué es tan bajo el nivel de apego al derecho? *

y se respondía:

  • Porque está quebrada la matriz de sentido que debería fundar al orden legítimo del cual el derecho –político y privado– es la expresión privilegiada.

Porque la voluntad soberana que lo debería poner sustantivamente en acto es una ficción quimérica: decir “nosotros” para referirse a los argentinos es –hoy, por lo menos– un abuso del lenguaje, es elevar a categoría espiritual un dato de la demografía.

Porque desde el Estado de la democracia argentina se descuidó y hasta se vulneró el derecho a la vida y a la propiedad, porque se deshonró deliberadamente el deber de perseguir jurídicamente delitos económicos y atentados terroristas de lesa patria.

Porque en la Argentina (con responsabilidades que no involucran menos a agentes estatales y del poder sindical que a los del empresariado) hay mucho capitalismo que produce poco, remunera y acumula con inequidad, emplea en negro, evade, no reinvierte, y ahorra afuera.

Porque una porción significativa de los habitantes está excluida de la posibilidad real de ejercer los derechos constitucionales de ciudadanía, de trabajo digno, de propiedad o de libre empresa. “Protección a cambio de obediencia” es la clave dialéctica del orden político, según Hobbes.

Si el ciudadano que cumple las reglas no se siente más protegido por el soberano que el trasgresor, sus estímulos para obedecer son muy tenues. Si el número y el peso de los transgresores no es abrumadoramente sobrepasado por el de los respetuosos de la ley, el soberano se debilita, y ya no puede castigar ni proteger.*

Pero yo creo que además de estos factores hay otro igualmente importante:  el pensamiento mágico en el imaginario colectivo que devalúa la relación entre causas y efectos,  conductas y consecuencias .-  Leí por ahí  ( y no precisamente de un escéptico),  que lo mágico suele volverse trágico .-

Esa generalizada creencia  en que nuestro destino no depende de nosotros,  o sea que no somos responsables ,  que no debemos rendir cuentas aunque más no sea a nuestras propias conciencias  por nuestras acciones y omisiones , por nuestras indiferencias y apatías.-

Sin caer en el Fuimos Todos ni disminuir en lo más mínimo las responsabilidades de los actores directos, creo que deberíamos recapacitar:  nos tomamos la molestia de pensar todo el tiempo cuáles pueden ser las consecuencias de nuestras pequeñas acciones y omisiones? desde el uso del cinturón de seguridad al 'laissez faire' alcohólico/adolescente pasando por la renuncia a participar de la formación de nuestros hijos, a la maceta en el borde del balcón, a la apatía política, social o cultural, el desprecio por los bienes públicos  al pensar que  'no son de nadie" en vez de 'son de todos nosotros'...  como la responsabilidad , que es más de todos que de nadie .-

por Walter Jerusalinsky