Alquiler de vientres

Sin dejar de apoyarse en las incubadoras, el director ofreció a los nuevos alumnos, mientras los lápices corrían ilegiblemente por las páginas, una breve descripción del moderno proceso de fecundación. Primero habló, naturalmente, de sus prolegómenos quirúrgicos, la operación voluntariamente sufrida para el bien de la Sociedad (...) pasó a hacer algunas consideraciones sobre la temperatura, salinidad y viscosidad óptimas (...) cómo los óvulos que contenía eran inspeccionados en busca de posibles anormalidades, contados y trasladados a un recipiente poroso (...) este recipiente era sumergido en un caldo caliente que contenía espermatozoos en libertad, a una concentración mínima de cien mil por centímetro cúbico, como hizo constar con insistencia; y cómo, al cabo de diez minutos, el recipiente era extraído del caldo y su contenido volvía a ser examinado; cómo, si algunos de los óvulos seguían sin fertilizar, era sumergido de nuevo, y, en caso necesario, una tercera vez; cómo los óvulos fecundados volvían a las incubadoras, donde los Alfas y los Betas permanecían hasta que eran definitivamente embotellados, en tanto que los Gammas, Deltas y Epsilones eran retirados al cabo de sólo treinta y seis horas, para ser sometidos al método de Bokanovsky.

Aldous Huxley (1932), Un mundo feliz

Ayer mi hijo me preguntó qué quería decir “vientre”.

  • Bueno - le dije - depende el contexto, puede ser “utero” o simplemente “panza” ¿dónde lo leíste?.

  • En las noticias... -y se quedó pensando- ¿qué quiere decir “alquiler de vientre”?

Entonces me detuve a explicarle que a veces cuando una pareja no podía fecundar naturalmente a través de una relación sexual, había técnicas -y traté de no ser prejuiciosa, lo juro- que extraían el óvulo de la mujer y lo juntaban con el espermatozoide en un tubo de ensayo hasta lograr la fecundación – evite decir “probeta” deliberadamente para ir al punto central de una vez.- Y luego, si el útero de esa mujer no es apto para gestar al bebé que se desarrolló en el tubo de ensayo, bueno... lo colocan en el útero de otra que pueda llevar adelante el embarazo. Entonces se dice que esa mujer “alquila el vientre”.

-¿Entonces la otra se queda sin el hijo?

-¿Cuál otra? - ya me empezaba a marear

-¿Cuál es la madre?

-La dueña del óvulo- dije, aunque no muy convencida.

Después de un silencio respetuoso hacia lo complicado de la idea, la conversación se desvió hacia la segunda parte de la noticia: “Alquila el vientre para conseguir un techo”, con lo cual, pasamos de una noticia medio morbosa a una bastante más amarillista, lo que no viene al caso ahora.

Este breve diálogo con mi hijo de diez años recién cumplidos, me recordó la revisión que realiza Savater de los diez mandamientos de la ley mosaica. ¿Qué puede significar para nosotros hoy, el mandato “Honrar al padre y a la madre”? Savater, entre otras cosas, menciona el derecho a la identidad genética, lo cual, podría ser que algún día sea lujo de unos pocos. Derecho a conocer la propia historia. Para honrar a los padres, primero tenemos que saber quienes fueron, como llegamos al mundo.

¿Qué se sentirá haber sido concebido artificialmente? ¿Estas técnicas están realmente ayudando sortear obstáculos, o más bien la están llevando a reproducir lo que no debería reproducirse? ¿No se trata de un desafío a la selección natural? Pensaba cuanto más complicado es el mundo hoy, cuanta responsabilidad que tenemos frente a nuestros hijos, que ya no entienden la metáfora de la cigüeña pero que sin duda pueden fantasear con que un bebé salga del freezer como una hamburguesa rebozada.

por Grace