Adictos y adicciones

Según la wiki:

Una adicción, farmacodependencia o drogadicción es un estado psicofísico causado por la interacción de un organismo vivo con un fármaco, caracterizado por la modificación del comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos psíquicos y, en ocasiones, para aliviar el malestar producido por la privación de éste, es decir, el llamado síndrome de abstinencia.

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Ahora bien, por extensión, parece que la búsqueda y el consumo compulsivo de sustancias psicotrópicas, (¿metafóricamente?) se aplica también a diversos hábitos que son nocivos, pero que resultan gratificantes para el sujeto. Por ejemplo, se habla de ser adictos a internet, al trabajo, al amor. Pensándolo bien el avance de las neurociencias, parece decirnos que las metáforas podrían llegar a ser bastantes literales, porque lo que pasa en el cerebro es bastante concreto y los hábitos adictivos pueden ser generados de maneras bastante diversas.

Sin embargo, culturalmente, las “drogas” son algunas y no otras. Los más liberales sostienen que no hay “drogas buenas” y “drogas malas”, que la adicción no depende de la sustancia en sí sino del a reacción del organismo hacia la dependencia de esa sustancia. Digamos, en términos profanos, lo que mata no es la droga sino quien la consume, porque incurre en exceso y descontrol. Los más conservadores, sostendrán que se trata de un falso argumento, porque el accionar de las "drogas malas" no solo es más rápido a nivel individual sino que su acción sobre el individuo tiene implicancias sociales mucho más rápidas y severas que otras conductas. Y luego, queda en el medio, como pedaleando en el aire, los límites entre prohibir, regular, prescribir y... dejad haced, dejada pasad que el mundo sigue andando. En cualquier caso, convengamos que es un tema más que controvertido y que campañanas antidroga como “Decile sí a la vida” parecen desarrolladas por narcotraficantes. Por el momento me reservo la opinión, me gustaría escucharlos... digo, leerlos.

por Graciela Paula Caldeiro