Si algo puede decirse de la exitosa novela El Código Da Vinci es que se trata de un texto notablemente cinematográfico, lo cual sin duda explica en parte que haya sido un best seller: una estructura muy simple en la cual no son escasas las escenas de acción y las descripciones escenográficas. Pero paradojicamente, la versión para la pantalla grande resulta innecesariamente literaria: aburridamente lineal, el guión no sabe explotar las posiblidades que ofrece un argumento en donde se mezclan pasado, presente, conspiración y suspenso. Considero, por ejemplo, un gran desacierto, los relatos en off de los protagonistas que terminan construyendo una trama en donde no parece haber espacio para desarrollar la psicología de los personajes, los que solo parecen deambular por el argumento como excusas previsibles para contar algunos pocos datos curiosos sobre Leonardo Da Vinci y la leyenda del Santo Grial. Mención aparte merece la banda de sonido que, con frecuencia inoportuna, añade al relato una atmósfera indefinible que no logra entusiasmar ni conmover. En síntesis, lo que puede resultar dinámico para un lector, no necesariamente lo será en el discurso audiovisual. Los guionistas del film parecen no haber percibido esta sutil diferencia.
Por otra parte, pese a la literalidad del guión, la elipsis que exige con justicia el discurso cinematográfico respecto a la novela original, encapsula algunos temas de la trama que tendrán un efecto confuso para alguien que no haya leído el libro con anterioridad. Esta parece ser la consecuencia inevitable de la literalidad de la adaptación. De esta forma, los personajes en general y los protagonistas en particular, aparecen apenas esbozados y totalmente relegados a un segundo plano: el protagonismo es acaparado sin dudas por La Ultima Cena, cuya descripción visual sea tal vez uno de los pocos aciertos del film. La exhibición de la pintura con la calidad didáctica de un documental para televisión, sea quizá suficiente como para no defraudar a los fans de la novela de Dan Brown.
Y por último, la pequeña reflexión sobre los dogmas religiosos que simplemente propone la novela (y que en efecto, es el punto realmente polémico de este best seller que tanto dio que hablar), brilla por su ausencia. El resultado final es, una historia más, con un par de datos provocativos y muy poco contenido.
¿Alguien más la vio? ¿Qué les pareció a uds?